La Revista Noticias de Editorial Perfil publica una nota de Beatriz Sarlo, donde plantea el valor sombólico que el Kirchnerismo haya ganado la batalla cultural y trata de explicarlo a partir de una vivencia personal. Vale la pena leerla. Los intelectuales opositores al Proyecto Nacional y Popular comienzan a utilizar su inteligencia de forma explícita porque se sienten "amenazados por la Gente".
Cultura K: El cóctel de la victoria
Cultura K: El cóctel de la victoria
La intelectual más filosa con oficialistas y opositores analiza la era kirchnerista. Por qué Kirchner ganó la batalla simbólica. Los trucos de la imagen de Cristina.
"Empecé mal el día; la vi a Sarlo en el bondi.” Encontré la frase hace unos meses en Twitter. Yo no empiezo mal el día si me cruzo con un kirchnerista en el subte. De mañana, leo diarios sobre papel, y muchas veces ese principio es duro; otras veces, desconcertante. Siempre me obliga a pensar.
"Empecé mal el día; la vi a Sarlo en el bondi.” Encontré la frase hace unos meses en Twitter. Yo no empiezo mal el día si me cruzo con un kirchnerista en el subte. De mañana, leo diarios sobre papel, y muchas veces ese principio es duro; otras veces, desconcertante. Siempre me obliga a pensar.
El kirchnerismo ha ganado una batalla cultural y traté de explicarme justamente eso en términos políticos (no hablo ni de la pobreza ni de la corrupción, ni de la economía). Para ganar una batalla es tan necesaria la audacia como el cálculo. Las dos palabras describen a Kirchner.
No hay resultado electoral (sea victoria o derrota) que explique del todo la intensidad con que Kirchner encarnó la política en los últimos ocho años. Contra una idea tecnocrática simplista, impugnó la equivalencia inerte de política y gestión; criticó un sentido común, insensible a las desigualdades, para el cual la segunda es preferible a la primera. El kirchnerismo tradujo todas sus batallas al lenguaje más apropiado a estas ideas.
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