domingo, 9 de septiembre de 2012

La sociedad bajas calorías



La visita de Ravi Shankar a Buenos Aires ha generado una intensa movida de opiniones. Voces a favor, voces en contra, incrédulas o apasionadas por la meditación, nadie en esta gran urbe metropolitana ha quedado al margen.

Creo que existe una suerte de “sociedad bajas calorías” que se conmueve con valores superficiales, que tienen un fuerte grado de compromiso con sus intereses individuales, personales, sin importarles en absoluto lo que pueda acontecerle al resto de la sociedad. Son los mismos que buscan lavar sus pecados a partir del pensamiento mágico que “aprendiendo a respirar se aprende a vivir feliz”, se “lucha” contra la violencia y “conquista” la paz.

Por eso hay una fuerte razón subyacente en la convocatoria masiva a este tipo de eventos espirituales. Son un canto a la falta de compromiso de asumirse como un ser que vive en comunidad y que tiene la responsabilidad de aportar algo para los demás, no en el sentido material, sino en el grado de interés a realizar alguna actividad que involucre y modifique su entorno, su sociedad. 
Es más, nadie cuestiona nada, se da por sentado que “si sucede, conviene”. Entonces, las razones de las injusticias y las desigualdades son producto de circunstancias fortuitas. Las cosas son como son y hay que aceptarlas así, por algo son así.

La sociedad bajas calorías entonces vive a partir de la percepción que le aportan sus históricos referentes culturales: el diario Clarín, la señal de noticias TN, C5N, el ex joven brillante convertido en neo-gurú Claudio María Domínguez, el locutor banal con aspiraciones de líder de masas Ari Paluch, etc. Jamás los van a cuestionar, ya que le es muy cómodo sentirse “hablados” por ellos.

Y obviamente, el caso más paradigmático de esa cultura es el Jefe de Gobierno Porteño, Mauricio Macri y todos y cada uno de los integrantes de su fuerza (?). Ellos representan la quintaescencia política de esos sectores, tienen un discurso con una ética y una estética que los contiene y los sostiene. Se retroalimentan parasitariamente.

Las sociedades a lo largo de la historia de la humanidad han sido complejas, disímiles, inorgánicas pero siempre tienen una dirección que busca el interés de sobrevivir y de mejorar su calidad de vida. Este segmento social, bajas calorías, ha quedado como en una suerte de purgatorio de valores. Pretenden espiritualmente el cielo pero están más cerca del infierno por sus acciones. Y peor aún, han encontrado su líder: Sri Sri Ravi Shankar, o tal vez, al niño Maurizio.




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